Gestionar o desarrollar proyectos aplicando nuevos frameworks (marco de referencia) y buenas prácticas, nos darán herramientas poderosas para tomar decisiones adecuadas orientadas a los clientes.
Modelo Inspirado por Ahmed Sidky, mentalidad agil
Conforme se ha ido expandiendo la popularidad de la metodología ágil, son cada vez más las industrias que se animan a buscar la forma de aplicarlas para mejorar su gestión y por ende acortar las brechas entre el desarrollo del proyecto y el manejo de las necesidades de los clientes.
En este sentido, se ha investigado sobre la aplicación en la industria de la construcción, con resultados importantes en el aumento efectivo de la participación de los clientes, así como la mejora de la satisfacción mediante atenciones personalizadas. Otra de las ventajas mencionadas por el autor Liu (2018) es el alto rendimiento del equipo de proyecto debido a una mayor motivación para rendir al máximo.
Como antecedente, SCRUM se ha aplicado en la fase de estudios preliminares y planificación del proyecto de construcción de 3 edificios multifamiliares en Suiza (Streul, 2016), donde se recomiendan extender su aplicación a otras fases del proyecto debido a la superación en las barreras de comunicación que se tenían con aplicaciones tradicionales.
EL PMI adopta en su última versión la Guía Práctica-Ágil para los proyectos, advirtiendo que existe la necesidad de tener un lenguaje común, una mentalidad abierta y la voluntad para ser flexibles en la forma en que los entregables se llevan al mercado, reconociendo las múltiples maneras de lograr entregas exitosas.
Aprender a utilizar las metodologías ágiles para la innovación de los procesos y productos, es una forma de generar valor para la organización y sus clientes, así como mejorar la experiencia y el clima laboral para el equipo.